Murió Emilio Rodrigué

21 febrero 2008 at 23:53 15 comentarios

Hoy a la tarde una amiga que vive en Salvador, Bahía, Brasil, me llamó para decirme que murió Emilio. Un baúl de vida era Emilio. Para quienes no lo conocen o lo conocen poco, fue…es, uno de los psicoanalistas pioneros de la disciplina en nuestro país, lo que significa que su importancia atraviesa nuestras fronteras. Fue analista didacta, formador de analistas en la Asociación Psicoanalítica Argentina, estudioso de la obra de Mélanie Klein – creo que se analizó con algún discípulo de ella, alguien de importancia – miembro disidente de la asociación en la década del setenta, debe salir del país en esa época y se va a Bahía. Allí sigue su vida de analista, escribe muchos libros, algunos sobre su vida y sus mujeres, ya había escrito para el cine, se casa con una Mae bahiana, ¿ se llamaba Gracia?, se mulatiza, mira cada culo que pasa por la playa de Ondina, Itapuá , Jardim de Alá, toma cerveza desde la mañana, acoge a un hijo enfermo y desvalido que se muere un tiempo después, escribe un librazo sobre Freud en dos tomos que leeré apenas pueda, tiene unos ochenta y tantos y se muere, y  recuerdo que hace unos años en Salvador apenas arribado lo llamo por teléfono y me dice que al día siguiente cumplía ochenta y que se iba solo a festejarlo por unos días al Club Med de Itaparica. Solo. Al volver me dijo que se aburrió, no trabó relación con nadie, ni siquiera había cogido. Hace rato que no se desposaba. Hacía un poco de gimnasia en la planta de baja de uno de sus grandes edificios frente al mar.

Un hedonista, un Henry Miller de barrio norte, un estudioso. Me escribió hace unos meses porque se había quedado sin editorial, finalmente me dijo que se decidía para lo que estaba escribiendo por la editorial De La Flor, la de Divinsky.

No éramos amigos, pero nos teníamos en cuenta.  Era querible, más a lo lejos. Sus amigos del alma son Kesselman, Ulloa, Pavlovski. Me da pena, parecía inmortal, chau viejo Emilio, leeré tu gran libro.

Ah, me olvidaba, era un pensador libre.

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Breve Historia de la Filosofía – capitulos 81 a 85 Recuerdo de Robbe Grillet

15 comentarios

  • 1. medusa  |  22 febrero 2008 a las 0:09

    Ay què mala noticia, no he leìdo nada de èl pero sè que era muy importante en su campo.

  • 2. Tomás Abraham  |  22 febrero 2008 a las 1:19

    era un loco de la web, tenía una enamorada en laponia.
    en su casa de itapuá me mostró un divan redondo, en un cuarto había instalado en el piso un diván redondo, es decir una colcha. paciente y analista podían sentarse…tirarse, en donde queráin.
    le encantaba lacan y la epistemología, pero temía su censura, y no adhería para nada en los rituales de genuflexión y dogmatismo de los lacanianos tropicales.
    elizabeth roudinesco elogió su obra s

  • 3. Tomás Abraham  |  22 febrero 2008 a las 1:23

    s…igo
    sobre freud en francés. en argentina la editorial sudamericana, la saldó en pocos áños.
    acá le dieron poca bola.
    durante venía al país a ver a sus amigos, acomer bife y a disfrutar de la nieve con una esposa en brasiloche.
    cuando lo conocí e la casa de varon horney en buscavidas, jugamos al ping pong. leyó mi libro pensadores bajos y me hizo una crítica.

  • 4. Tomás Abraham  |  22 febrero 2008 a las 1:25

    le gané en el ping pong, jamás lo admitiría.
    era muy sensible con las crìticas, una vesz lo critiqué demasiado, lástima, pero era desafiante y yo me subí un peldaño demás. lástima

  • 5. Gustavo Romero  |  22 febrero 2008 a las 1:29

    Le ganaste al ping pong como consecuencia de tu virtuosidad en el tenis, seguro…no?

  • 6. alita  |  22 febrero 2008 a las 1:59

    no estés triste Profe, seguro él sabía que vos lo querías….
    además ya era bastante viejito…
    no sé porque murió… tal vez esté mejor ahora…

  • 7. Álvaro Vives  |  22 febrero 2008 a las 2:14

    Emilio era uno de esos locos lindos de APA en los comienzos del psicoanálisis nativo que ya entonces tenía sus acartonados. Hoy proliferan los acartonados dentro y fuera de la APA y nos quedan pocos de esos maestros libre pensadores flexibles pero rigurosos. Hace un par de años me pidieron una derivación en Bahía para un colega que estaba allá y le consulté a Emilio si lo podía tomar. Me contestó que un analista nunca se jubila y que se lo mandara. Esa vitalidad era su rasgo distintivo, aún frente a la desgracia de la muerte de su hijo. Cuando en plena formación se le cerraron las puertas de APA por desinteligencias con su didacta, se fue a Londres, terminó su formación codeándose con Klein, Bion, Winnicott, toda la plana mayor, y volvió con un aura que lo llevó a presidir APA siendo muy joven. Se fue un grande que supo vivir intensamente.

  • 8. alicia  |  22 febrero 2008 a las 16:39

    Qué tristeza!! Qué pena!!
    A principios de los ochenta leí varios de sus libros. Los encontré en la biblioteca de un ex. Contaba experiencias en Mexico, en California, en Esalen. Lo imaginé ágil como su escritura.
    En el 85 pasé un mal momento en una comunidad terapéutica. Ahí conocí a Marta Berlín, una de sus mujeres. Me dió una tarjeta para que la fuera a ver. Fuí. Hicimos una entrevista. Me llevó a la cocina de su casa y me dió un plato de sopa mientras me entrevistaba.
    Hoy llueve en Buenos Aires.

  • 9. Nicolás Kruk  |  22 febrero 2008 a las 21:39

    Y que lastima que esa biografía de Freud no se consiga en ninguna librería. ¿De qué año es la edición?

  • 10. Abraxas  |  24 febrero 2008 a las 20:06

    Ojalá me hubiera tocado en suerte un analista como Rodrigué cuando caí en el diván o mejor dicho me forzaron porque no quería una fiesta de 15 años… Como no ser disidente en los 70 de la APA, si alguien con su lucidez mezclaba el psicoanálisis con la coyuntura sociológica. Woodstock, ahí fui Emilio con los años como quién va a La Meca, también tuve la misma «cuarta maestra». Igualmente va mi recuerdo para Arturo Carrillo mi psiquíatra de esa época que conmigo dejó de lado su acartonamiento, haciendo una excepción.
    Una tristeza y aunque no tiene rigor científico, alicia, en el campo dicen que cuando llueve es que ha muerto un hombre bueno.

  • 11. Susana Kesselman  |  25 febrero 2008 a las 0:12

    Tengo muhos recuerdos de Emilio, a quien conozco desde tiempos inmemoriales, Conozco es una manera de decir. Se festejaban los 100 años del Psicoanálisis con la presentación de su Biografía de Freud y además lo habían nombrado ciudadano ilustre de Bahía, Venía la Roudinescu, en fin, gran acontecimiento y Emilio no tenía traje para asistir porque vivía en jogging y bermudas. GraÇa que era su mujer entonces, Chichú, la mujer de Emilio y yo fuimos a comprarlo sin él y acertamos con la medida, pero había que hacer algunos arreglos y fueron Ulloa y Hernán los modistos que con alfileres arreglaron su traje. La escena fue inolvidable. Me gusta recordarlo así.

  • 12. silvia  |  2 marzo 2008 a las 17:52

    UN HOMENAJE A EMILIO RODRIGUÉ

    Estimados Amigos. El martes 18 de Marzo, a las 19.00 hs. en la Biblioteca Nacional, Agüero 2502, en su Salón Auditorio se llevará a cabo un acto en recordación y homenaje a Emilio Rodrigué.
    Hablarán sus compañeros Fernando Ulloa, Hernán Kesselman, Tato Pavlovsky y Armando Bauleo. Organizan sus amigos de varias generaciones.
    Respecto de dicho encuentro que se desea llevar adelante solicitamos la colaboración de ustedes reenviando esta comunicación, u otras, a la libreta de direcciones, mailings, medios gráficos y cualquier otra iniciativa que favorezca la difusión del evento.

    Silvia Urite

  • 13. no puedo  |  3 marzo 2008 a las 17:36

    encontré este comment que está arriba por casualidad, a veces se atrasan y no aparecen en la lista de mensajes recientes… es bueno que se enteren por si alguien quiere ir al homenaje a Rodrigué. salu2.

  • 14. medusa  |  6 marzo 2008 a las 21:01

    Nota de Tato Pavlovsky en recuerdo de Rodriguè
    (Pagina/12, 6/03/08)
    http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-100180-2008-03-06.html
    saludos
    Silvia

  • 15. María Eugenia Quintanar Stephano  |  15 May 2012 a las 1:21

    Cómo es que un pasicoanalísta de tanta monta, por cuatro días se vistiera con los azules pants, la sudadera de frente engrasada de las comidad de ayer? – me preguntaba –

    No sabía quien era cuando me tocó estar a su lado en un congreso y me robó el corazón su distraida libertad.

    Qué tenía ese hombre sin ningún atractivo físico que ofrecer a una mujer?

    Eureka… encontre la pulcritud más allá de su vestuario y de aquella mente falta de «shampoo» ; su alma ya debordaba un algo más mas allá del bien y del mal.

    Fué un gran placer saber luego de mi primera impresión, quien era ese hombre de pants azules que llamara mi antención.

    Con todo mi respeto para Usted Don Rodrigo en donde quiera que su conciencia esté.

    Hoy, luego de buscarlo e utilizando el internet, me entero que ya no se encuentra entre nosotros y que su transfiguración, para mí, fue hoy.


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